Mi pensar no tiene una lengua materna y es sólo una sucesión de traducciones, de desplazamientos, de adaptaciones a condiciones cambiantes.

martes, 18 de enero de 2011

EN AZUL

Una reproducción de Cat and Crab on the Beach, de Picasso.



El encuentro visual singular y cotidiano a la vez. Contemplado desde mi mesa de trabajo, impone con su presencia el color de mi perspectiva.
A primera vista parece una acumulación caótica de objetos y alimañas. Cada una de las pequeñas unidades que componen el cuadro obedece a unas reglas espaciales propias, es un entrecruzamiento ciego de confluencias. Las relaciones entre ellas resultan irracionales, creando un universo de las incoherencias. Y nada es como parece. Se impone la necesidad de establecer unos horizontes particulares pese a una tonalidad común.
Nuestra simultaneidad espacial es un simulacro de convivencias, una integración de situaciones discordantes, una liquidez.
Desde el punto de vista del crab el cat es irreal. Ambos desmienten recíprocamente su solidez. A pesar de que se miran, los ejes de su visión no confluyen de acuerdo con las reglas de coordenadas espaciales.
Sólo un delicado equilibrio de las innumerables fuerzas que se entrecruzan en innumerables ángulos puede suministrar una apariencia de unidad. Tal vez sea ésta la única clase de orden que se puede alcanzar en las relaciones sociales y en el manejo de las contradicciones que les son inherentes.
La tierra es azul sólo para los ojos de los satélites.

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